Si hablamos de Kike Boned estamos hablando de uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol sala. Sus trece temporadas consecutivas en ElPozo Murcia dejaron una huella imborrable. Así lo avalan sus distinciones individuales: el último galardón que ha recibido: mejor jugador del mundo (2009), medalla de oro al mérito deportivo (2013), máxima distinción de la Región de Murcia, pese a no haber nacido en esa comunidad y recientemente elegido mejor cierre de la historia de la LNFS.
En cuanto a lo colectivo, su palmarés consta de cuatro Ligas, tres Copas de España, tres Supercopas, una Copa Ibérica, una Recopa de Europa y sobre todo: cinco Eurocopas y los dos Mundiales que tiene la Selección.
La época dorada de la Selección Española de Fútbol Sala no se entendería sin la presencia de Kike. Con 180 internacionalidades, fue hasta este último parón de selecciones el jugador con más encuentros con la selección española. Motivo por el cuál vamos a hablar de él y homenajearle.
«Uno de los mejores recuerdos es el Mundial de Guatemala. Los que tuvimos la suerte de ahí somos conscientes de que marca un antes y un después en la historia de nuestro deporte.»
Hablamos de una persona modélica y es que resulta complicado arrancar un solo pero a este cierre perfecto. Ha logrado hacer amigos entre los rivales y hermanos entre sus compañeros. Llama la atención que, con todos los títulos que ha conquistado, sus compañeros u otros profesionales del deporte destaquen de él su carácter humano por encima de lo deportivo. Cumpliendo el ya tópico dicho, gran jugador y mejor persona.
Julio García Mera, otra leyenda de nuestro deporte, declaró lo siguiente al ser preguntado por Kike: Compartí habitación con él en el Torneo Centenario de Torrejón. Era el compañero ideal: limpio, silencioso, estudioso… Todo lo que una suegra querría para su hija. Un ejemplo que representa los valores del deportista. El tenis lo tiene en Rafa Nadal, en fútbol Iker y Xavi. Kike sabe ganar y perder. Siempre da una palmada en la espalda al derrotado. Le recibimos muy jovencito en la selección y desde joven apuntaba maneras de líder. Participió en una generación de oro, encabezada por Paulo Roberto. Kike fue ese nexo de unión con la selección posterior y sus clubes.
Otro de los que más le conoció fue el seleccionador de entonces, Venancio López, quien dijo de él tras su retirada: Ha sido referencia en todos los aspectos, un buque insignia y un embajador del fútbol sala español. Uno de los que más ha tirado de nuestro deporte.
Con solo 34 años había conseguido acaparar los focos mediáticos y convertirse en una institución de la Selección y de ElPozo. Se retiraría de La Roja tras liderarla hasta el segundo escalón del Mundial, tras caer ante brasil en la gran Final y siendo elegido Balón de Plata del torneo: Éste fue mi último partido en un Mundial. Me tomaré un tiempo para pensar mi continuidad con la selección, pero creo que en mi cabeza está todo claro. Todo tiene un inicio y un final.
«Yo siempre he dicho que la retirada forma parte del proceso, hay que tratar de entenderla con naturalidad y estar preparado para ella. Aunque después de 19 temporadas, siempre estará ese sentimiento de añoranza.«
Como no podía ser de otra manera, el jugador relativizaba el galardón individual: Para mí los premios individuales en deportes colectivos son relativos. Agradezco el reconocimiento, por supuesto, y más en este momento en que termina mi carrera, aunque prefiero pensar que este premio es el reconocimiento a toda la selección.
Incluso en un momento tan personal como en el de su retirada, tuvo palabras para sus compañeros más jóvenes: Les dije que estaba orgulloso de ellos, porque forman parte de una generación nueva que ha entendido lo que es la selección española de fútbol sala, lo ha heredado y lo va a respetar
Kike había sido un jugador único, y como debería ser siempre con estas figuras tan importantes para cualquier deporte, la Federación Español no perdió ocasión de rendirle un merecido homenaje en su tierra, Valencia. Un año después de su retirada con la selección, aún siendo capitán de ElPozo, y aprovechando un partido ante Grecia en el Palacio de los Deportes de la capital del Segura, se le rindió pleitesía.
Sirvió para ver en acción al cierre valenciano una última vez con los colores nacionales. Desde su debut, el lejano 24 de enero de 1998 ante la selección universitaria de Portugal, hasta el de Grecia, el número 180 en total. Me voy con la enorme fortuna de haber vivido los años de eclosión del fútbol sala y de vivir en primera persona lo que significó la generación de oro. Quince años dan para mucho y he podido compartir minutos y vivencias con grandísimos jugadores como Julio, Jesús, Javi Sánchez, que formaron parte de la convocatoria en el Mundial del 2000, con otros anteriores como Vicentín, Lorente y Pato, con la generación del año 2004 y así hasta 2012. Soy un superviviente que cree en los nuevos jugadores que van llegando a la selección, en su nivel de juego y en que el fútbol sala español seguirá contando con los mejores.
Para concluir este breve homenaje a la figura de Kike Boned conviene recordar una de sus últimas declaraciones, ya como vicepresidente de ElPozo: «Al final el objetivo único es ganar, pero hay que darle valor al cómo. No todo vale.»
Imagen vía: MARCA.
Autor: Gabriel Izcue (en twitter: @izcuefutsal)