La primera Final Four de la historia de la Copa de S. M. Rey de fútbol sala nos ha dejado un fin de semana de esos que tanto gustan a los aficionados a este deporte: grandes duelos, sorpresas al límite de los últimos segundos y mucho espectáculo en la pista azul del Quijote Arena. Ciudad Real ha sido el pistoletazo de salida a este nuevo formato y como todas las primeras veces ha traído luces y sombras, con novedades muy apetecibles y con algunos detalles a mejorar. Vamos con lo mejor y lo peor de este campeonato.
La cara
1- El formato de Final a Cuatro ha sido un acierto en todos los sentidos. Un trofeo que parecía menor, en comparación a los campeonatos de Liga y Copa de España, ha adquirido esta vez ese aire de «torneo grande» del que todo el mundo del futsal quiere estar pendiente. Atrás quedan las semifinales a ida y vuelta y las finales aisladas en algún punto poco concreto del calendario que poco más y caían en el olvido.
Ha sido un fin de semana esperado por todos los aficionados al deporte de moda, vivido con la intensidad de las grandes citas, porque la intriga de las eliminatorias a partido único y la comunión de diferentes aficiones de España dándose cita para compartir espacio y pasión siempre es una buena idea.
2- La movilización de aficiones por parte de Jaén Paraíso Interior y Aspil Vidal Ribera Navarra fue la que acostumbran a mostrar en las grandes citas. Los jiennenses, aprovechando la cercanía de la sede, arrastraron a su «Marea Amarilla» para darles su fuerza desde la grada. Una vez llegaron a la final, tras eliminar al conjunto naranja en semifinales, la entrega de los aficionados andaluces fue la luz que les guió durante todo el encuentro.
La afición navarra, a pesar de los casi 1.000 kilómetros de ida y vuelta que tuvieron que recorrer, decidieron no quedarse atrás. Si bien fueron menos en número, supieron rugir fuerte para ser el sexto jugador que acompañara a los suyos desde fuera de la cancha. Y es que tantos corazones latiendo juntos tenían que hacer mucho ruido. Dio igual el resultado: al acabar el encuentro los cánticos alcanzaron máximos decibelios bajo su mítico grito de guerra, recordándoles que la Ribera nunca se rinde. Las lágrimas en los ojos de los hombres de Pato expresaban, más allá de la rabia por tener que bajarse de la batalla, una gratitud sin límites hacia quienes llevan temporadas dándoles hasta su último aliento.

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3- La retransmisión televisiva de los encuentros, que por primera vez corrió a cargo del grupo Mediaset, fue un acierto de pleno. La realización fue muy buena, con repeticiones de las jugadas importantes que no se colaban en medio de la transmisión del partido. Pero si tenemos que resaltar algo es, sin duda, el buen hacer de los comentaristas del partido. Desde la humildad de quien sabe que ha de ser imparcial, siempre apuntando los datos interesantes de lo que íbamos viendo en pantalla y con una narración ágil que no resultaba estridente. Además fue genial disfrutar de los divertidos comentarios de un Julio García Mera que nos hablaba de su experiencia personal en sus tiempos de jugador, con anécdotas que ilustraban y entretenían. Era como abrir una ventana a esa parte interna del deporte profesional, que acerca al espectador al lado que, habitualmente, no ve.
El resultado fue el merecido: unos buenísimos datos de audiencia, con un 3’2% del share y 354.000 espectadores pegados a la pantalla siguiendo la Final. Podemos hablar de datos que se asemejan a los de los partidos de la Liga de Fútbol Profesional, si bien teniendo en cuenta que estos últimos son por canales privados de pago. Igualmente es, probablemente, la mejor noticia con la que podemos quedarnos; más aún después de la decepción que supuso para los seguidores de este deporte quedarse, hace tan sólo una semana, sin ver la final de la UEFA Champions League Futsal tras la repentina cancelación de su retransmisión por parte de Gol TV. Está claro que el fútbol sala puede seguir creciendo si conseguimos enganchar a nuevos adeptos, y para ello necesitamos canales de televisión que apuesten por retransmitir partidos y que lo hagan de una forma tan trabajada.
4- El espectáculo volvió a la pista y las pantallas. Tras la multitud de quejas de expertos y aficionados que se levantaron tras la Copa de España el pasado marzo, donde los resultados se caracterizaron por los pocos goles encajados, volvimos a ver resultados ajustados con multitud de balones colándose en la red, resultados (demasiado e injustamente) abultados y remontadas épicas, como la del Barça en la gran final. Sin quitarle mérito a los equipos que disputaron los encuentros, hay que reconocer el buen hacer, en general, de los árbitros (salvo casos concretos, con fallos graves como expulsiones perdonadas y faltas no pitadas), que supieron hacer un arbitraje férreo que facilitó el espectáculo y el juego de unos y otros.
La cruz
1- Hace meses que la Real Federación Española de Fútbol anunció este nuevo formato de Final a Cuatro, con sede única para semifinales y final, dando a entender la importancia que querían otorgarle a este torneo. La iniciativa fue acogida con ilusión por el público futsalero en general, pero todo se tornó enfado y acritud cuando pasaban las semanas y no había noticias sobre la sede y las fechas del campeonato. Se criticó la irrelevancia que, parecía, Federación la daba al torneo, y comenzaba la preocupación de público que quería asistir a la Final Four y que veían correr el tiempo sin noticias, lo que les dejaba sin opciones de poder organizar sus agendas para acudir a la gran cita. Probablemente este hecho haya provocado que la asistencia al Quijote Arena fuera mucho menor de lo que se hubiera pretendido, por toda esa gente que no pudo congregarse por la falta de antelación con la que se organizó.
2- La venta de las entradas tampoco estuvo bien ideada y ejecutada. En un principio sólo se sacaron a la venta abonos para toda la Final Four, y la única manera de hacerse con ellas era mediante los clubes clasificados o personándose físicamente en Ciudad Real para comprarlas en taquilla. De esta forma llegaron las críticas de aquellos aficionados que no pertenecían a ninguno de los clubes participantes o que no vivían en Ciudad Real, por lo recortadas que veían sus posibilidades de conseguir su abono. Reculando, más tarde, anunciaron venta online, pero de nuevo sólo podían comprarse abonos para el campeonato completo, sin entradas individuales para cada partido. Las críticas ante la imposibilidad de adquirir entradas individuales fueron en aumento, aunque no fueron escuchadas, pues no fue hasta el propio día de la final cuando, a última hora, se sacaron entradas para el último partido, a la venta en taquilla.
Todo el proceso fue desconcertante para el comprador, para aficionados que no entendían la poca coherencia inicial y la improvisación con la que se continuó en cuanto a la venta de abonos y entradas. Este punto, sin duda, ha de ser remediado de cara a la próxima Final Four de la Copa de S. M. Rey.
3- La escasa afluencia de aficiones por parte de los dos equipos «grandes» de la competición. Movistar Inter consiguió mover a algunos aficionados de la Fuerza Verde, mientras el Barça conseguía una asistencia mínima de su afición, no acudiendo al completo, ni siquiera a la final, su grupo de animación, los Dracs, de los cuales sólo diez miembros dejaron verse por tierras manchegas . Parece que la ilusión de este torneo se contagia más rápido entre esos equipos «pequeños» para los que cada logro es un sueño realizado, o a esa conclusión se llega si se compara la afluencia en las gradas de tudelanos y jiennenses frente a la de madrileños y barceloneses. Una pena, pues la primera semifinal, en la que ambos se enfrentaban, presentó una grada vacía que no acompañaba lo más mínimo al increíble duelo que ambos equipos ofrecieron sobre la pista.

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4- Las quejas de las peñas y grupos de animación que acudieron al Quijote Arena ante la desigualdad de permisividad que se les dio a unos y otros. «La Fuerza Verde» interista se quejó en redes sociales de que, a la entrada al pabellón, los equipos de seguridad de la organización les retiraron las bocinas que llevaban para animar, mientras que en la segunda Semifinal se pudo ver a la afición navarra con bombos y bocinas. Aficionados de Ribera Navarra comentaban que, mediando su Club, gestionaron el acceso al pabellón con estos complementos de animación y por ello pudieron portarlos dentro. Probablemente la propia Federación debería haber enviado un comunicado a los cuatro clubes participantes informándoles de cuál era la manera correcta de gestionar todo esto, para que las posibilidades de animar de todas las aficiones hubieran sido las mismas.
Con la esperanza de que se siga apostando por este formato tan atractivo, se enmienden los errores y se dé continuidad a los aciertos, los aficionados esperaremos hasta el próximo año para ver qué cuatro equipos se baten en duelo para alzarse con la corona de Sus Majestades del fútbol sala patrio, título que hasta entonces, y por segundo año consecutivo, mantendrá el FC Barcelona Lassa. Mientras tanto, los aficionados en general y ocho conjuntos en concreto ponen la vista, la mente y toda su ilusión en los playoff de la LNFS, que comienzan este fin de semana y que en poco más de un mes nos dirán quién se alza con el título de Liga.
Autora: Noemí Carbonell (en Twitter: @noe_tdl)
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