ElPozo Murcia: Todo mal

Me van a permitir que empiece con una reflexión personal a cuenta de un titular tan “pobre”. Y es que, a veces, uno puede pecar de pretencioso y usar palabras grandilocuentes. Otras, querer ser demasiado original y ser presa de tu propio ego. Y hay ocasiones, como ésta, tras visionar el segundo choque de cuartos de final entre ElPozo Murcia Costa Cálida y Jaén Paraíso Interior, donde por muchas vueltas que le des, todos los caminos llevan a una misma reflexión, sencilla pero certera: todo funciona mal en este ElPozo Murcia.

El partido, reflejo del equipo

Mientras Jaén amenazaba desde la grada con hasta ocho autobuses desplazados para la ocasión, la afición de ElPozo asistía atónita a un mal partido ―otro más― de su equipo, el día que se jugaba seguir vivo en la competición o tener el dudoso honor de ser el primer eliminado de estos playoffs 2022/23. El problema no fue el mal partido del conjunto charcutero, el problema es que esa imagen es el fiel reflejo de lo que ha sido la temporada. Solo hay que analizar los tres goles jienenses, tres fallos impropios de una entidad como ElPozo y que retrata a los jugadores.

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En el 0-1, porque Alan Brandi es el único que tiene fe para buscar un rechace de Juanjo que se iba fuera, poniendo el balón en el corazón del área con la cabeza, para que Míchel solo tenga que empujarla. Y lo hace porque llega mucho antes que un Gadeia lento y fuera de forma, al cual se le vio después tras una interceptación, cómo se doblaba, cogiendo bocanadas de aire, con solo 15 minutos de partido disputados.

El 0-2 llega porque Rafa Santos no está atento y, a falta de 20 segundos para el final y con cinco faltas, saca un brazo innecesario para bajar un balón de espaldas a la portería. Mano, sexta falta y Chino para dentro. Una punzada mortal cuando el partido languidecía, ayudado también por una quinta de Taynan apenas 10 segundos antes, también innecesaria pero típica en el ímpetu del kazajo.

¿Y el 3-0? Probablemente ni en infantiles se vea que, tras salir un balón de fondo y con ElPozo atacando de cinco, Espíndola tenga tiempo para coger el balón, dejárselo en el pie a Attos y que éste chute para matar la eliminatoria. Nadie cubre al cierre brasileño, nadie baja a defender un balón que incluso bota antes de entrar, y nadie sabe qué pasó entre Marcel y Juanjo para que ninguno estuviese bajo palos.

Jugadores fuera de forma, especialmente señalado el clan brasileño, que no ha funcionado, apenas destellos en una plantilla con Taynan, Marcel, Taffy, Rafa Santos, Felipe Valerio… Ninguno ha estado a la altura. Y los que sí podían dar ese plus de intensidad ―no hay más que valorar la segunda parte de Alberto García―, han quedado señalados, como en el no baladí acto de quitarle el brazalete a Fernan para entregárselo a Felipe Valerio.

La pérdida de identidad, otra clave

Porque ahí se percibió que algo pasaba en el vestuario charcutero. Fernando cada vez menos minutos, Alberto y Darío lo mismo, rumores de salida para todos ellos que parecen confirmarse tras las imágenes descubiertas ayer por Miguelín al finalizar el encuentro…

Si algo tenía ElPozo de la última década no eran títulos, sino identidad. No se ganaba, pero se podía presumir de cantera: el filial competía en Segunda División y lo hacía con garantías, nutriendo constantemente al primer equipo. ElPozo era un caladero ideal para la Selección Española y se les ponía como ejemplo de cómo cuidar la base. Ahora, ni eso le queda a un equipo que ya había perdido su identidad con las salidas de malas maneras de los Miguelín o Álex.

Se les acusaba de segundones… Ahora ni eso

Porque sí, la identidad era a lo que aferrarse ante la falta de títulos como mal menor. Que no era poco. Durante la última etapa de Duda, y todo el periodo de Diego Giustozzi, se criticó que el equipo no fuera capaz de ganar un título importante ―más allá de dos Copas del Rey y varias Supercopas―. Pero se alcanzaban finales, el equipo competía hasta el último día y se podía al menos soñar y decir «siempre estamos ahí». Era cierto.

Esta temporada, lo más cerca de un título han sido las semifinales de Copa de España. Eliminados en dieciseisavos de la Copa del Rey por Sala10 Zaragoza (equipo de Segunda División), quintos en liga regular y en playoffs eliminados por cuarta temporada consecutiva en primera ronda. Los datos, como bien dice Antonio Pulido, señalan un problema más allá de Javi Rodríguez o de la actual configuración de la plantilla:

Lo cual no exime a JR7 de su responsabilidad

Porque si algo caracterizaba al Industrias Santa Coloma de Javi Rodríguez, era competir al límite de sus posibilidades. El equipo no fue un derroche de éxitos, pero alcanzó tres Final Four de Copa del Rey, con sus fallos ―aquellos puntos que perdió en los últimos instantes de muchos partidos― pero también con sus virtudes, como un juego ofensivo, de transiciones rápidas e intensidad. Llegó con la vitola de ser el entrenador que diese el cambio de timón tras la etapa de Giustozzi. Lo hizo con su peculiar estilo, habitual en él desde la etapa de jugador, con una entrevista en ORM donde decía venir para ganar “liga y Champions” o recalcando que no podía permitirse que un club como el murciano estuviese “tres temporadas sin pasar de cuartos de final”. Pues ya son cuatro. Ni siquiera algo que estaba más allá de tocar metal, como el estilo de juego que decíamos de su etapa industrial, se ha podido ver: “tenemos que ser verticales, ofrecer un fútbol sala vistoso”.

Ya la salida de Santa Coloma estuvo marcada por la polémica, dilatada un mes por el polémico pago de la cláusula que hizo que pocas fechas atrás hablase el propio Vicenç García con frases como “las puertas del club están cerradas para él para siempre”, recogidas por El Quinteto:

De esta primera temporada en el banquillo charcutero se recordarán más sus cuitas personales, como cuando tiró agua a la afición de Jaén tras caer en la Copa de España, o cuando criticó que Cartagena celebrase el 2-5 en el derbi (el tercero que ganaban los de la Trimilenaria este año, los dos de liga más la final de la Copa Presidente) diciendo que la diferencia entre ambos clubes estaba en la grandeza de ElPozo: “para ellos ganar este partido es como ganar un título. Como no tienen, imagino que esto para ellos es lo más importante”.

Y por encima de todos…

Porque si hay problemas dentro del 40×20 y en la banda, no los hay menos en el palco. Se lleva diciendo desde diversos frentes que Tomás Fuertes, dueño de ElPozo Alimentación, no recibe información de lo que sucede en el club que otrora fuese símbolo y motivo de orgullo para la Región. No pocas personas señalan a Fran Serrejón, director deportivo y vicepresidente, como principal responsable. Así lo desvela por ejemplo Gregorio León, periodista deportivo de ORM que sigue la actualidad de ElPozo desde hace muchos años y cercano al entorno del club:

Jugadores señalados, algunos fuera de forma y otros pensando en su futuro, pérdida de identidad, cambio de entrenador que supone un cambio de rumbo pero a peor… Y por encima de todos ellos una dirección deportiva cada vez más señalada. La situación para uno de los equipos más históricos del fútbol sala español es trágica. Vuelvan ahora al titular. Pues eso, todo mal.

Autor: Dani López (@danifutsal6)

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