En las películas de Hollywood, dentro de la odiable (me van a permitir esta opinión personal) categoría de “comedia romántica”, hay un subgénero que funciona a las mil maravillas entre el público: el triángulo amoroso. Ya saben, un chico y chica (por mantener la fórmula canónica) se enamoran, aparece un tercero (o tercera) que infiere en lo que parecía un romance idílico ―de esos de montar a cámara lenta en un tío vivo, restregar tu helado por la nariz contraria, reír a carcajadas sin importar que te miren, y una canción de fondo que te acompaña incluso cuando estás en el baño― y entonces, todo se enquista. Llegan los malos rollos, las dudas, los celos y los reproches. Pero mágicamente ―o por un oportuno y poco creíble giro del guión―, todo lo malo desaparece, la pareja se rehace y siguen viviendo su fantasía.
Pero claro, todo se soluciona y acaba bien porque la historia transcurre siempre en el otoño de Nueva York, no en el verano de Murcia.
En Murcia, o más concretamente en las oficinas de ElPozo, lo que parecía un romance de verano entre Javi Rodríguez y el club charcutero va camino de enquistarse sin que ningún benévolo guionista ―o sea, directivo―, se preste a resolver el entuerto. Porque estamos a escasos días de que comience la pretemporada en la Primera División española y nos encontramos con que Industrias Santa Coloma tiene dos entrenadores, mientras que ElPozo Murcia, ninguno.
¿Cómo hemos llegado a esta situación?
Rebobinemos para encontrar el origen de este triángulo entre el equipo murciano, el colomense y el entrenador catalán. Los primeros rumores llegan en marzo, cuando aún quedaban todos los títulos por disputarse (excepto la Supercopa) y por tanto no teníamos ni idea de lo que pasaría en la Copa de España. En el post partido ante Fútbol Emotion Zaragoza, el día 5 de marzo, Javi fue preguntado por los rumores que le situaban en ElPozo para la siguiente temporada. Ésta fue su respuesta: “llevo poco tiempo como entrenador, pero han sido 20 años como jugador profesional; se han hablado en este tiempo tantas cosas de mí que sé que siempre es bueno que hablen de uno, para bien o para mal”. Desde luego, no negaba dichos contactos, aunque aún no se mostraba abiertamente por la labor de decir que se quería ir.
Porque, entre otras cosas, esa salida no parecía que fuese a ser problemática. El técnico tenía hablado con Vicenç García que, en caso de llamar un grande a su parte, el alma máter de Industrias Santa Coloma le facilitaría la salida. Eso (presumiblemente) lo sabía ElPozo, y de ahí el interés, pese a tener contrato con Industrias hasta junio de 2023.
Pero las cosas no fueron según lo esperado. Mientras en las redes se hablaba de los fichajes en clave Javi Rodríguez ―la no renovación de Mati Rosa y el posterior anuncio del fichaje de Bruno Taffy se entendía como un cambio de pívot de fijación por otro de movilidad, más al estilo de lo que le gusta al entrenador colomense―, la situación se estaba torciendo en los despachos del Pavelló Nou.
Porque algo pasó para que se rompiese aquel acuerdo tácito. Se dice que tras la eliminación de Industrias en los playoffs ―precisamente con aquel empate in extremis ante el equipo murciano― se vio salir del palco a un Vicenç García más enfadado de lo normal, y fue cuando, presuntamente, dijo aquello de “los 80.000 euros de la cláusula, o nada”. Al parecer, el enfado del presidente con la directiva dd ElPozo provenía de lo que consideraba una táctica habitual en los murcianos, la de tocar a miembros de su plantilla con contrato en vigor. De ahí el mosqueo, y de ahí que reclamase el importe total de su cláusula.
Un baile de nombres para dos banquillos
Javi había avisado tiempo atrás de sus intenciones para que el club buscase un remplazo. Se habló de Marlon Velasco, quien acabaría renovando con el ambicioso proyecto de Noia en Primera. Más tarde surgió un nombre que, habida cuenta de los fichajes que suele abordar el club colomense, encajaba a las mil maravillas: Xavi Closas, entrenador del filial de Barça. El entrenador catalán tardó en aceptar, por las diferencias económicas entre lo que reclamaba y lo que podían ofrecerle, pero una vez solventados los detalles, se llegó a un acuerdo. Prueba de ello fue el primer fichaje oficial de Industrias: Nil Closas.
Pero si no se ha oficializado su fichaje es porque se sigue esperando que Javi Rodríguez haga efectivo el pago de la cláusula. ElPozo no puede llegar a la cifra que piden los colomenses y se aferran a los 40.000 euros que consideran cantidad más que generosa, a la vez que aprietan a su futuro técnico para que convenza a Vicenç de que acepte el dinero y le libere. Porque, si algo tienen claro en Murcia, como apuntaba el otro día Onda Regional de Murcia, es que la cantidad que pide el presidente de Industrias es “prohibitiva y desproporcionada”.
Mientras, un poco por cubrirse las espaldas y un poco por presionar mostrando una alternativa, desde el club charcutero se ha deslizado la alternativa que manejan en caso de no fructificar las negociaciones: Tino Pérez. El técnico toledano sigue sin equipo después de que Movistar Inter tomase la decisión de prescindir de él, curiosamente con un año más de contrato, para cambiar el rumbo del equipo con la contratación de Pato.
¿Por qué entonces no ha tomado ElPozo la determinación de fichar a Tino, que saldría gratis y lo tendrían disponible hoy mismo? Porque ―a día de hoy― es más una cortina de humo que una realidad: tanto la configuración de la plantilla, como el estilo que quieren imponer, encaja con el técnico catalán, no el toledano. Quieren dar continuidad al libreto de Giustozzi ―con matices―, y consideran que Javi Rodríguez es el técnico idóneo.
El acuerdo entre preparador y club, por dos temporadas, está cerrado. La pretemporada empieza el próximo lunes uno de agosto, por la mañana con las clásicas pruebas físicas y por la tarde con la primera sesión. Ahora han filtrado el interés por Tino y han dejado toda la presión para el que debe ser su entrenador, quien debe convencer a Vicenç García para que cumpla su palabra, coja los 40.000 euros y le deje marchar. Se supone que es lo que va a pasar, puesto que en Industrias ya tienen sustituto y, aunque no fuera así, nadie quiere que el máximo responsable de la parcela deportiva se quede contra su voluntad. Pero eso mismo pensábamos hace un mes ya, y aquí seguimos. Desde Murcia no se descarta que el asunto acabe en los juzgados, donde un juez dictaminaría cuál es el coste real que debe pagar el Mito por liberarse de la temporada que le resta de contrato.
Y mientras, Industrias sigue con dos técnicos y ElPozo sin ninguno.
Autor: Dani López (@danifutsal6)